Memoria Beca Artes Plásticas
 La memoria del proyecto que presenté en la convocatoria de la beca de artes plásticas de 1991 (Consejería de Cultura CARM) era una especie de libro de tamaño 20x22 con fotografías originales realizadas pintando directamente con revelador y fijador sobre el papel byn, huellas directas con revelador y fijador, imágenes latentes, rayados, etc...  (de ese momento son también las cepas y cultivos, y del año siguiente, es curioso, la cromosquedasia, con los que tiene bastante que ver), que acompañaban a citas de Roland Barthes (La cámara lúcida) - el subtítulo de este blog: todas las fotografías del mundo forman un laberinto, es una cita de ese libro- y Susan Sontag (Sobre la fotografía), dos textos de cabecera, curiosamente no escritos por fotógrafos. También hay una explicación del proceso de la goma bicromatada policromática, mediante el que iba a realizar (o a terminar de realizar) la colección de paisajes de las minas de la Unión, para lo que solicité la beca.
Lo acompañaba con un texto de presentación sobre mí mismo que pego a continuación; texto que hoy que reviso esto, casi 35 años después, me resulta curioso.
La memoria del proyecto que presenté en la convocatoria de la beca de artes plásticas de 1991 (Consejería de Cultura CARM) era una especie de libro de tamaño 20x22 con fotografías originales realizadas pintando directamente con revelador y fijador sobre el papel byn, huellas directas con revelador y fijador, imágenes latentes, rayados, etc...  (de ese momento son también las cepas y cultivos, y del año siguiente, es curioso, la cromosquedasia, con los que tiene bastante que ver), que acompañaban a citas de Roland Barthes (La cámara lúcida) - el subtítulo de este blog: todas las fotografías del mundo forman un laberinto, es una cita de ese libro- y Susan Sontag (Sobre la fotografía), dos textos de cabecera, curiosamente no escritos por fotógrafos. También hay una explicación del proceso de la goma bicromatada policromática, mediante el que iba a realizar (o a terminar de realizar) la colección de paisajes de las minas de la Unión, para lo que solicité la beca.
Lo acompañaba con un texto de presentación sobre mí mismo que pego a continuación; texto que hoy que reviso esto, casi 35 años después, me resulta curioso.“Si pudiera decirlo con palabras no me sería necesario cargar con una cámara”. Esto, que decía Minor White, es de casi general aplicación a los que vamos por el mundo apretando el disparador cada dos por tres. Hablar de la fotografía que hacemos resulta tan difícil como reprimir la curiosidad por fisgar en la vida y las miradas de los demás, espiar con el ojo del cíclope y cometer “asesinatos blandos” cuando congelamos para la posteridad el rictus de alguno que se nos pone a tiro, como decía Susan Sontag acerca de las fotos y los retratos.
Qué decir de la “fotografía”, con comillas, que hago. Pues que seguramente lo fundamental sea esa cuestión de las comillas. Porque revisando el material que tengo desperdigado por ahí resulta que, en la mayoría de los casos, estoy paseándome por los límites de lo que, desde el punto de vista formal, puede llamarse Fotografía, con todas las letras, y que coqueteo de forma indiscriminada y sin ningún rubor con la panoplia cortesana que bulle alrededor de la diosa de las “bellas artes”, que suele mirar compasiva a los que usamos la cámara en vez del pincel o el cincel.
Supongo que los teóricos, para simplificar, aunque finalmente lo embarullen todo aun más, porque nada es tan simple, me colocarían en la peña de los “pictorialistas”, dicho, como siempre ha sido habitual, con bastante desprecio, en la que militarían desde posmodernos hasta "neo-geos", pasando por "newconceptualists" o "tardo-gelstat" y otras muchas tribus de múltiples colores. Estaría pululando por esa parte de la curva que cada diez años o así cambia de concavidad pasando del documento al invento como forma total y excluyente de explicar el mundo con sales de bromuro de plata desde que Niépce inventó su dichoso potingue y su socio Daguerre dijo eso de “... he capturado la luz, he detenido su vuelo”, el muy pedante.
Puestos a reflexionar, ya que al parecer de eso se trata, sobre el porqué de la afición de tanta gente a hacer algo tan inútil como es hacer fotos, y sobre todo por qué, una vez que uno se dedica a perder el tiempo así, no hace lo que casi todo el mundo, a saber, "quemar" negativos, revelarlos y hacerles copias a los amigos, sino como yo, dale que te pego a procesos complicados, mezclando técnicas desfasadas con otras supuestamente modernísimas, aumentando el barullo general, llego a pensar que pueda deberse a algún mecanismo mental que cumple, como no podía ser de otra manera, por cierto, y de forma casi matemática, el segundo principio de la termodinámica: mi universo fotográfico tiende a una dispersión infinita. Cada foto es única y cada proceso se completa con una sola imagen que además tiene el carácter de “apunte” y nunca de copia definitiva. Aumenta, de esta manera, la entropía del sistema fotográfico, el desorden, hasta llegar a un equilibrio final de máxima relajación basado en infinitésimas incoherencias que le dan estabilidad y credibilidad al sistema. Tal y como postulan los más serios principios de la Física.
Cada vez más, y con más ahínco, desprecio el negativo, el soporte, la sal de plata, la luz del norte, la nikon, los sagrados y asfixiantes “momentos decisivos” del Sr. Cartier y el revelado en pirocatequina gamma punto dos para positivo sin reservas zona seis.
Pero no importa, porque ya va de esto para diez años y a lo mejor mañana o pasado reniego de todo y empiezo a deslizarme por la otra zona de la famosa sinusoide y a ponerle velas a San Anselmo Adams y a toda su claque."
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| Memoria de la Beca de Artes Plásticas. 1991. Contraportada (lleva un espejo pegado) y Portada (una referencia al voyeurismo). | 
Incluí también una carta mecanografiada sobre papel fotográfico virgen (velado, claro, y de tonos cambiantes) en la que solicitaba la beca, que ahora (marzo 2011) no me atrevería a presentar. Funcionó, no obstante.
(Hoy, 22 de agosto de 2025, he vuelto a revisar esto, y me parece un disparate estupendo) 
Era este:
“Sras. y Sres. : La Beca es mía. Porque si no, ¿qué hacen Uds. que no han dimitido ya?
Todas las variables están a mi favor. La conjunción planetaria me favorece. El oráculo de Delfos me lo ha confirmado. En la pared de mi habitación, a la cabecera de mi cama, ha aparecido una B magnífica. B de Beca, estoy seguro. Miles Barth, del International Center of Photography de Nueva York, está encantado con mi trabajo. Asimismo gozo del unánime aplauso de las siguientes personalidades del mundo de las Letras y de las Artes: Francisco Caja, profesor de Hª de la Fotografía Española en la Facultad de BBAA. de Barcelona; Robert Delpire, director del Centre Nationale de la Photographie de París; Josep Vicent Monzó, conservador de fotografía del IVAM; Manuel Santos, director del proyecto Cuatro Direcciones de la Fotografía Española del CARS de Madrid; Joan Fontcuberta, fundador de la revista Photovision y fotógrafo ampliamente conocido y reconocido en todo el mundo; Josep Miguel García, delegado de Artes Plásticas en la Generalitat de Cataluña; Francisco Sánchez Sánchez, secretario General de la Consejería de Cultura; Pedro Olivares, director general de Cultura; Lucio Muñoz, pintor; Antonio López, pintor; José Manuel Caballero Bonald, crítico de arte; Manuel Avellaneda, pintor; Pedro Alberto Cruz, crítico de arte; Francisco García, historiador del arte; Marcos Salvador Romera, técnico de artes plásticas, y una lista interminable de familiares, vecinos y amigos, no menos importantes, pero que obviamente sería una paliza enumerar. Se palpa en el ambiente. Palpen, palpen. La Región de Murcia lo necesita. La Historia lo necesita. Flaco favor harían Uds. al Arte Universal si me la negaran.
Ya sé que soy de Cartagena y que no les conozco de nada, por lo que me ha sido imposible invitarles a copas, cosas ambas, al parecer, según me han asegurado fuentes tradicionalmente bien informadas y no menos viperinas de los aledaños de la corte, suficientes aunque no necesarias para el rechazo sin más contemplaciones de mi solicitud. Pues bien, en cuanto a lo primero, reniego desde ahora mismo de semejante condición y afirmo: ser cartagenero es una estupidez. Ále. Ya está. En cuanto al tema “copas”, hago la más firme y solemne promesa de enviarles una caja del mejor güisqui a cada uno de Uds. Háganme llegar sus señas, por favor. Palabra de murciano.
¿Que para qué quiero la Beca?, ¿que qué pienso hacer con ella? Y eso quién lo puede decir. Yo no lo sé, porque nunca he tenido ninguna a mano. Aunque supongo que habrá que quererla, mimarla y aprovecharla, porque una beca es como una madre, y madre no hay más que una. Por otra parte, la pregunta que debería hacerse Uds. es la siguiente; ¿qué gano yo con darle la pasta a éste? Pues, nada tangible, desde luego, a excepción del güisqui, pero,…¿qué mayor orgullo que el de la obra bien hecha?, ¿qué mayor satisfacción que la de haber cumplido con su deber?, ¿qué mayor alegría que la de haber hecho triunfar a la justicia? Juzguen Uds. si no digo verdad en lo que digo pues al final será la Historia la que les juzgue a Uds.
Les envío unas diapositivas de algunas cosas de las que hago, para amenizarles la velada. La mayoría de estos “trabajos” son inéditos. Como diría un tal Flaubert, el arte hay que hacerlo para uno mismo, no para el público. A mí me pasa igual, aunque ya empiezo a estar un poco harto del tal Flaubert.”
Todas las variables están a mi favor. La conjunción planetaria me favorece. El oráculo de Delfos me lo ha confirmado. En la pared de mi habitación, a la cabecera de mi cama, ha aparecido una B magnífica. B de Beca, estoy seguro. Miles Barth, del International Center of Photography de Nueva York, está encantado con mi trabajo. Asimismo gozo del unánime aplauso de las siguientes personalidades del mundo de las Letras y de las Artes: Francisco Caja, profesor de Hª de la Fotografía Española en la Facultad de BBAA. de Barcelona; Robert Delpire, director del Centre Nationale de la Photographie de París; Josep Vicent Monzó, conservador de fotografía del IVAM; Manuel Santos, director del proyecto Cuatro Direcciones de la Fotografía Española del CARS de Madrid; Joan Fontcuberta, fundador de la revista Photovision y fotógrafo ampliamente conocido y reconocido en todo el mundo; Josep Miguel García, delegado de Artes Plásticas en la Generalitat de Cataluña; Francisco Sánchez Sánchez, secretario General de la Consejería de Cultura; Pedro Olivares, director general de Cultura; Lucio Muñoz, pintor; Antonio López, pintor; José Manuel Caballero Bonald, crítico de arte; Manuel Avellaneda, pintor; Pedro Alberto Cruz, crítico de arte; Francisco García, historiador del arte; Marcos Salvador Romera, técnico de artes plásticas, y una lista interminable de familiares, vecinos y amigos, no menos importantes, pero que obviamente sería una paliza enumerar. Se palpa en el ambiente. Palpen, palpen. La Región de Murcia lo necesita. La Historia lo necesita. Flaco favor harían Uds. al Arte Universal si me la negaran.
Ya sé que soy de Cartagena y que no les conozco de nada, por lo que me ha sido imposible invitarles a copas, cosas ambas, al parecer, según me han asegurado fuentes tradicionalmente bien informadas y no menos viperinas de los aledaños de la corte, suficientes aunque no necesarias para el rechazo sin más contemplaciones de mi solicitud. Pues bien, en cuanto a lo primero, reniego desde ahora mismo de semejante condición y afirmo: ser cartagenero es una estupidez. Ále. Ya está. En cuanto al tema “copas”, hago la más firme y solemne promesa de enviarles una caja del mejor güisqui a cada uno de Uds. Háganme llegar sus señas, por favor. Palabra de murciano.
¿Que para qué quiero la Beca?, ¿que qué pienso hacer con ella? Y eso quién lo puede decir. Yo no lo sé, porque nunca he tenido ninguna a mano. Aunque supongo que habrá que quererla, mimarla y aprovecharla, porque una beca es como una madre, y madre no hay más que una. Por otra parte, la pregunta que debería hacerse Uds. es la siguiente; ¿qué gano yo con darle la pasta a éste? Pues, nada tangible, desde luego, a excepción del güisqui, pero,…¿qué mayor orgullo que el de la obra bien hecha?, ¿qué mayor satisfacción que la de haber cumplido con su deber?, ¿qué mayor alegría que la de haber hecho triunfar a la justicia? Juzguen Uds. si no digo verdad en lo que digo pues al final será la Historia la que les juzgue a Uds.
Les envío unas diapositivas de algunas cosas de las que hago, para amenizarles la velada. La mayoría de estos “trabajos” son inéditos. Como diría un tal Flaubert, el arte hay que hacerlo para uno mismo, no para el público. A mí me pasa igual, aunque ya empiezo a estar un poco harto del tal Flaubert.”
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| En esta página aparece una primera "imagen latente" que desde 2005 "revelo" con escáner (ver LatensKép). | 
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| Aquí, la descripción de la goma bicromatada y otros datos del proyecto sobre el paisaje minero (ver Gomas). | 
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Fotografías: © Moisés Ruiz Cantero.
Todos los derechos reservados.
Moisés Ruiz Cantero
Paseo del Muelle 23.  Santa Lucía.
30202 Cartagena.
636814021
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